No se puede dar la multiculturalidad sin convencer, sin persuadir a la otra persona. Hay que ser un poco optimista para llegar a creer en la multiculturalidad.
Aceptamos la cultura del otro mientras veamos en él algo que nos agrada. Las barreras las ponemos desde la cultura europea.
Hablar de multiculturalidad es una falacia, estamos obligando al otro a aceptar algo que no es propio de él.
En la mayoría de los casos que se el multiculturalismo, los sujetos que están en él no lo eligen, están ahí a la fuerza, porque han nacido ahí, o por diferentes causas.
El Pluralismo, llega voluntariamente, queremos compartir lo que creemos. No se ponen por en medio los criterios del egocentrismo. Se establecen unas líneas que no hay que pasar mediante la deliberación y el consenso.
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